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¿Interrumpen o participan?

A día de hoy sigue existiendo grandes diferencia en la manera de entender la posición de los hijos dentro de la familia. Aunque cada vez somos más los padres que intentamos crear una convivencia basada en el respeto y la empatía, no nos resulta nada fácil seguir manteniendo nuestra línea educativa con invitados en casa o en algunas reuniones sociales.
¿Por qué digo esto?, sencillamente porque muchas personas piensan que los niños bien educados son los que se callan y dejan hablar a los mayores sin interrumpirles. Claro que en ocasiones el niño está jugando y quiere mostrarnos algo sin pensar en si es adecuado o no en el momento, sencillamente prima su necesidad de hacernos partícipes de ello. Quizá el problema reside en que no pide primero permiso, o al menos no lo hace tal como a la otra persona le gustaría.

Lo más gracioso es ver como quien más critica este comportamiento en el menor es también quien más interrumpe nuestras exposiciones, con temas que no vienen al caso pero que creen de vital importancia para que no olvidarse de ellos. Predicar con el ejemplo es lo más apropiado en estos caso.

Pero volviendo al caso del niño, hay veces que sencillamente quieren participar en la conversación, puesto que están acostumbrados a opinar libremente y ser escuchados tal como se merecen. Es en esos casos donde podemos encontrarnos también ante la réplica de los demás adultos animándole, muchas veces no de buenos modos, a que se vaya a jugar a otra parte, puesto que en las conversaciones de los mayores no deben meterse.

Y es que seguimos sin darnos cuenta que aprenden constantemente de nuestro comportamiento, que pedimos que sepan escuchar cuando nosotros no lo hacemos e intentamos apartarlos de nuestro lado cuando lo que a ellos les apetece es justo lo contrario, aprender con nuestras conversaciones, aportar su punto de vista y sentirse integrados como los pequeños adultos que se consideran.

Claro, luego nos extrañamos que no quieran ir a cierta reunión, o que nos juntemos con ciertas personas, puesto que no se sientes cómodos. En mi opinión, es importante no cambiar nuestras conductas diarias en estas situaciones, e intentar no violentarnos con las aportaciones de nuestro hijo, puesto que él es el niño y precisa de más comprensión que el adulto.

Por regla general, los niños que son libres de transmitir sus opiniones y se sienten respetados, suelen tener menos problemas de autoestima, presentando mejor fluidez a la hora de comunicar sus ideas. Por ello opino que no deberíamos siquiera preguntarnos ¿interrumpen o participan?, sencillamente se están expresando, a su manera claro, y nosotros debemos disfrutar de que así sea, puesto que nos muestran la confianza que tienen en su familia.

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